domingo, 9 de diciembre de 2012

Día 6 y 7: Khemis - Ljoukak y vuelta a Marrakech




El sexto día es nuestro último día pedaleando, ya que los dos días restantes por tierras marroquís los usaremos para viajar en taxi desde Ljoukak a Marrakech (en bici nos llevaría demasiado tiempo) y hacer algo de turismo allí antes de volver a España.


A pesar de haber tenido que hacer vivac, el agotamiento del día anterior nos ha permitido dormir y descansar perfectamente, casi como si hubieramos estado en un hotel de 5 estrellas :-D
Aún así, oímos perfectamente el cántico religioso que siempre tienen alrededor de las 5 de la mañana en las mezquitas, esta vez situada a escasos metros de donde estamos nosotros.





La muñeca no me duele, siempre y cuando la mantenga inmovilizada. En una etapa por pista o camino no habría podido continuar ya que los baches me obligarían a mover la mano y hacer fuerza con ella sobre el manillar, sin embargo la etapa de hoy es por carretera, con un firme en condiciones para poder apañarme y continuar.

Estamos recogiendo nuestro "dormitorio" cuando las puertas que tenemos detrás nuestra comienzan a abrirse. Resulta que son las puertas de una tienda, una especie de ferretería, donde Paco ya aprovecha y compra un cortauñas.



Desayunamos zumos y leche que compramos en la tienda del día anterior y comenzamos la etapa, esta vez bien prontito, ya que los primeros rayos de sol nos han hecho despertar mucho antes de lo habitual. Conseguiremos hoy por fin llegar a nuestro destino (Ljoukak de nuevo) de día????

Tenemos unos 10 kilómetros más o menos llanos y con rectas largas hasta comenzar la dificultad del día, el Tizi n'Test, un puerto de nada menos que 36 kilometros...



Ya en los primeros 10 kilómetros me siento algo flojo, con menos fuerzas de lo habitual, y teniendo en cuenta todo lo que queda por delante prefiero subir a un ritmo más tranquilo que el que llevan Oscar y Paco. Creo que la escasa cena del día antes y la falta de hidratos de carbono tienen mucho que ver.

Rober también viene conmigo, lo cual me viene muy bien al ir charlando durante todo el trayecto, haciendo el sufrimiento más llevadero :)




A los 20 kilómetros de comenzar el puerto nos encontramos una especie de caseta donde venden bebidas y alguna cosa de alimentación. Allí están Oscar y Paco que han parado para esperarnos.
Compramos unas botellas de agua, que ya no nos queda nada, hace calor y aún nos quedan más de 15 kilómetros.

A estas alturas ya tengo controlada una posición cómoda para la muñeca que no me provoca dolor.
Tras cuatro horas sin parar de subir, por fin logramos llegar a la cumbre, donde ahora sí que hace fresquito... Hemos pasado de los 600 metros de Khemis a los 2.100 de la cima de Tizi n'Test.




Ahora viene lo mejor, nos quedan casi 40 kilómetros de bajada... Oscar, Rober y Paco tiran delante, yo tengo que ir más despacio para no hacer fuerza en la muñeca.



Por lo que me dice Rober más adelante, en una de las aldeas por las que pasamos unos niños les tiran piedras, cosa que ya pasó uno de los días pasados. Por suerte parece que no tienen demasiada puntería :-)

A falta de unos 10 o 12 kilómetros para llegar a Ljoukak paramos a comprar pan, latas de atún, yogures y unas manzanas en una de las típicas tiendas que ya tan acostumbrados estamos a ver en este viaje, una especie de casa sin apenas otros edificios alrededor.

Nos sentamos a comer el embutido que aún nos queda con el resto de cosas que hemos comprado en unas mesas de plástico que hay al lado de la tienda, a modo de terraza de bar.



Continuamos ya del tirón hasta Ljoukak. Por curiosidad pasamos antes por el albergue donde dos días antes ya no había sitio pero nos parece peor que el que ya conocemos y decidimos repetir en él.

Nada más llegar nos preparan un te con unos ricos dulces caseros, que bien nos trata esta gente, creo que ha sido el mejor sitio de todo el viaje.



Después de una buena ducha (vaya como la necesitabamos..) tenemos ya preparada la cena.
Esta vez tenemos una ensalada de pimiento y tomate muy picado de primero y como no, taiyin de segundo, eso sí, más rico que el del otro día.




El track de esta etapa:



Al día siguiente, tras el desayuno (igual que el de la vez anterior) preparamos todo para salir hacia Marrakech en el taxi que el dueño de la casa nos ha conseguido por 500 dirhams.

Cuando vemos el taxi nos quedamos a cuadros... no sabemos como vamos a conseguir llegar los 4 con las bicis hasta allí... No es un coche ranchera o furgoneta, es un mercedes antiguo de los normales.

De todas las combinaciones posibles elegimos la de de subir las cuatro bicis a la baca, poniendo las esterillas entre bici y bici para evitar golpes, y las alforjas y equipaje al maletero.




Nos quedan 120 kilómetros por delante hasta Marrakech, sin cinturón, porque cuando estoy tratando de ponérmelo (está enganchado y no desliza) el conductor me dice que no me lo ponga, con la excusa de que no hace falta. La realidad es que no funciona y está allí de adorno.

De vez en cuando se oye el ruido de algo que golpea con la chapa del techo del coche. Será alguna bici??? tal y como están colocadas no sería extraño que se cayeran.... :-S

Al final el conductor acaba parando para investigar la causa del ruido. Es la antena, que al estar doblada bajo una de las bicis en los baches golpea con la chapa del coche.

Al loro al hombre que aparece por la parte trasera de la furgo en marcha....

Después de dos horas y media de viaje llegamos al parking de taxis de las afueras de Marrakech desde donde marchamos con las bicis hasta el hotel para emplear la tarde y el día siguiente hasta la hora de marchar al aeropuerto haciendo turismo del tradicional.




La última anécdota del viaje ocurre en el aeropuerto, donde me da un corte de digestión antes de facturar. Las paso canutas, con escalofrios y varias visitas al baño. Por suerte, antes de embarcar en el avión me recupero y puedo hacer un viaje tranquilo.

Colorín, colorado esta aventura se ha acabado!!!
Una experiencia inolvidable, con una compañía inmejorable. Pensando en la siguiente.....












lunes, 26 de noviembre de 2012

Día 5: caida, barro, vivac... Ljoukak - Khemis


El nuevo plan de ruta que hemos tenido que improvisar nos llevará hoy hasta Khemis, para regresar mañana de nuevo hasta Ljoukak, desde donde cogeremos un taxi que nos lleve de vuelta con las bicis a Marrakech.



La ruta que hemos planificado es circular para evitar así repetir el recorrido en la vuelta. Por tanto tenemos dos opciones para la ida y la vuelta de Khemis:
- Ir por Tizi n'Test (todo carretera) y regresar por Tiguenziou (todo pista)
- Ir por Tiguenziou (todo pista subiendo el Tizi n'Ouacheddene) y regresar por Tizi n'Test (todo carretera)

Decidimos la segunda opción, que como veremos al final del día resulta ser la mejor dadas las circustancias...

Cogemos buenas energías gracias al rico y abundante desayuno que nos preparan en el albergue donde hemos dormido. Todo son productos caseros, pan reciente, miel muy suave, aceite de oliva que saber perfectamente a aceituna, mermeladas y te.




Lo primero que hacemos es parar a comprar algo en el pueblo (la casa donde nos hemos quedado está a 1 km aproximadamente), lo típico, agua y pan que no tienen y nos tocará buscar más adelante.



Comenzamos la ruta hasta que pasado 1 km nos damos cuenta de que no llevamos la dirección correcta, estamos siguiendo la de la opción primera.

Damos la vuelta y tomamos la pista correcta, llaneando hasta una vieja mina de cobre abandonada, desde donde comenzamos la principal y aparentemente única dificultad de la etapa, el puerto de Ouacheddene (Tizi como se llama aquí) .

Antigua mina de cobre
Son 10 kilómetros de pista muy pedregosa y con una fuerte pendiente en todo el recorrido, tanto es así que desde el comienzo tenemos que llevar el plato pequeño.





Poco a poco vamos ganando altura y después de aproximadamente hora y media sufriendo llegamos a lo más alto, a 2.200 metros.




En la otra vertiente de la montaña por donde vamos a bajar hay nubes y algo de niebla, al menos en la parte alta, con lo que nos abrigamos bien para disfrutar de los 15 kms que tenemos por delante.

Llegamos a una pequeña aldea donde compramos coca cola y agua. No tienen pan pero una de las personas que está allí se ofrece a ir a buscar y vendernos el que tiene en casa.
Con la compra ya hecha paramos un poco más adelante a comer pan con embutido.


Pan típico

Seguimos camino en continuo descenso por una pista zigzagueante en muy buen estado y rodeados por un paisaje muy bonito que nos llama a todos mucho la atención.


Paisajes de la zona

Todo parece perfecto hasta que momentos antes de entrar en una aldea la rueda delantera se me va en una zona de gravilla y casi sin darme cuenta me veo en el suelo y a pesar de no ir demasiado rápido arrastrado un par de metros.

Lesión en la muñeca

Rober, Oscar y Paco que iban delante se han perdido el tortazo pero unas diez personas entre mayores y niños que están a la entrada de la aldea lo han visto en vivo y en directo. Paco bromea con pedirles a ellos el vídeo de la caida ya que Rober no lo ha podido grabar.

Salvo un poco de dolor en la muñeca derecha parece que no tengo más que algún raspón en la pierna y la mano.

Un poco más adelante Paco tiene otra pequeña avería con su alforja que repara rápidamente.

Reparación de la alforja

Ya solo nos queda una subida de 3 kilómetros y unos 10 kms de bajada hasta Khemis. Pronto va a comenzar a anochecer pero parece que hoy podemos llegar antes de que se vaya la luz!!



Comenzamos los 10 kms de bajada por una pista que parece nueva o arreglada recientemente. Es ancha, sin baches, en muy buen estado, lo que además me viene muy bien para no forzar la muñeca que cada vez me duele más al moverla.



Tras aproximadamente 5 kms nos encontramos de repente con la pista completamente llena de barro arcilloso que se queda pegado como chicle a las ruedas y todo lo que toca con él.

Es imposible continuar montado en la bici al quedarse bloqueada por el barro que se queda entre la rueda y el cuadro. Incluso empujando a pie la bici tampoco es posible hacer que ruede.
La única solución es quitar con la mano el barro de la rueda para desbloquearla y empujar de nuevo, repitiendo la operación a los pocos metros ya que el barro continua pegándose.



Recuerdo que esto mismo me ocurrió en una ocasión en Salamanca y la solución fue echarme la bici al hombro, salir a la carretera, quitarle lo más gordo y llevarla directamente a lavar.

Oscar y Rober consiguen avanzar más con sus bicis, probablemente porque el espacio entre la rueda y el cuadro sea mayor o por el tipo de rueda.
Aun así, como nos dice más tarde Oscar, el kilómetro y medio recorrido en estas condiciones hasta llegar a la aldea más próxima les ha llevado una hora!!!



barroooooo, mucho barroooo

Se nos hace de noche, yo solo tengo un foco dinamo de los de decatlón que no alumbra apenas y tengo que limpiar el barro con la mano derecha que es la que se me ha fastidiado en la caída.
Qué sensación de impotencia, que desesperación!!!

barrazoooo

Paco que está a mi lado finalmente consigue avanzar algo más y al ver mi cara de desesperación me dice que luego volverán a echarme una mano (nunca mejor dicho..). Por lo que me entero después, de forzar con el barro se le rompe la patilla del cambio y continua hasta la aldea echándose la bici con las alforjas a cuestas.

Rotura de la patilla del cambio

Yo a mi ritmo limpio y avanzo, aunque no es más de 2 metros de cada vez. Pienso en quitar las alforjas, dejarlas en un lateral y con menos peso intentar avanzar más rápido, pero al ser ya tan de noche no me quiero arriesgar a luego no encontrarlas... Con la mano mal tampoco puedo levantar la bici para llevarla a cuestas.

Al cabo de un rato oigo acercarse a Oscar , viene a ayudarme :-) Vaya alegría que me da!! Me dice que queda casi 1 kilómetro hasta la aldea. Él se lleva la bici y yo las alforjas en la mano izquierda.

Al llegar a la aldea varias personas están con Rober y Paco que está arreglando su cambio, poniendo una patilla nueva.

Cuando uno de ellos me ofrece una taza de agua no tardo ni dos segundos en beberla, llevo tiempo sin agua y con una sed tremenda.  Por supuesto no es embotellada pero como si es del arroyo, me da igual.

Nos comentan que los 4 kilómetros restantes hasta Khemis están igual de barro y cuando les pregunto cuanto nos cobrarían por bajarnos hasta Khemis en coche con las bicis me piden 500 dirhams.
Rober dice que no hace falta, se ha asomado a la salida de la aldea y dice que ya está mejor.
Yo insisto en negociar, en 4 kilómetros puede haber de todo, ya es de noche y yo no puedo hacer muchas virguerías tal y como tengo la mano.

La negociación es dura y caótica :) Como no nos entienden le escribo la cantidad que les queremos dar (200 dh) en el suelo con un palo, le enseño el billete porque sigue sin quedar claro o se hace el tonto, Rober se piensa que ya le he dado el dinero y me dice que como se lo he dado ya, otro lugareño (el tonto del pueblo como decía Oscar) enredando y liando más la situación, etc.
Finalmente conseguimos que por 200 dirhams nos bajen en un camión bastante destartalado que tienen allí aparcado.



Subimos las bicis a la caja del camión, donde también suben Oscar y Rober. Paco y yo vamos en la cabina con el conductor. Llega la hora de ponernos en marcha y eso no arranca ni a la de tres... Le echan agua al motor, pero nada...

Transporte improvisado

Mientras tanto el tonto del pueblo nos sigue pidiendo dinero para él.
Después de mucho insistir Paco le da 11 dirhams, parte de lo que se encontró el día antes camino de Ljoukak y le dice: "Toma, que esto me lo dio Ala para ti" :)
Aún así no se conforma y nos pide más al resto hasta que para por aburrimiento.



Deciden empujar el camión... con la ayuda de una vara de hierro le quitan unas piedras que hacen de calzo y comienzan a intentar moverlo. Paco y yo acompañamos el vaiven con el cuerpo a ver si entre unas cosas y otras conseguimos que se mueva. Y da resultado, el camión se mueve cuesta abajo y finalmente arranca!!!

En el corto trayecto hasta Khemis nos damos cuenta de que hemos hecho muy bien en pagar los 200 dirhams pues el camino está de pena...

En Khemis preguntamos por alojamiento pero todos nos dicen que no hay nada.
Rápidamente Rober localiza un buen sitio donde hacer vivac, bajo unos soportales al lado de una gasolinera.



Además al lado hay un grifo con manguera donde limpiamos lo mejor que podemos (más bien quitando lo gordo) las bicis.
El trabajador de la gasolinera se acerca cuando nos ve usando el grifo, con cara de "uséis mi grifo" pero en cuanto ve las bicis le cambia la cara y se da la vuelta sin decir nada.


Limpiando las bicis

En la tienda que hay del otro lado de la carretera compramos unas latas de atún, unos bollos con chocolate y unas bolsas de risquetos o similar (curioso que las bolsas tienen el escudo del Real Madrid o del Barsa...) para cenar, esta vez sin pan que no hay.

Rober me venda la muñeca, que ahora duele más si la muevo, colocamos las bicis al lado nuestro para evitar sorpresas por la mañana y para dentro del saco!!!.

Increible lo de Rober, creo que no han pasado ni 5 minutos y el tío ya está completamente grogui!!
El ruido de coches al pasar por la carretera que tenemos al lado y los martillazos de un conductor que se ha parado a arreglar un pinchazo o alguna otra avería enfrente nuestro me hacen tardar un poco más en caer dormido, pero no demasiado.



Vivac en unos soportales

Creo que el día de hoy, a pesar de la lesión en la muñeca, es de los que mejor recuerdo me van a dejar, por el conjunto de todo: el esfuerzo de la subida del comienzo, los paisajes que atravesamos, las aldeas y personas tan alejadas del turismo, toda la la aventura y agonía en el barro, el buen ambiente con mis compis, siempre dispuestos a ayudar (se nota su vocación de bomberos) y para rematar la jornada el vivac improvisado!!

Aquí un video-resumen del día (ver en HD):




El track de la ruta:








sábado, 17 de noviembre de 2012

Dia 4: Vuelta a la bici... Imlil - Ljoukak


Ya nos lo decía Oscar el segundo o tercer día: "Estamos teniendo mucha suerte", y tenía toda la razón porque a pesar de las cosas que nos han ido pasando, como la alforja que se le rompió a Paco en un escalón, el chaparrón a medio camino del refugio que a punto estuvo de impedir que hiciéramos cumbre al día siguiente o la nieve con la que no contábamos en la cumbre, hemos podido hacer casi todo lo que queríamos.

Con Imlil al fondo
Lo único que no ha sido posible es subir las bicis al refugio para luego desde ahí llegar al lago ifni y continuar ruta en bici por la otra vertiente. Como alternativa decidimos seguir alguna de las otras rutas que partiendo de Imlil se detallan en la guía que hemos usado para preparar el viaje (muy recomendable): "Transatlas. Marruecos en BTT. 33 etapas en el Saghro, Alto y Medio Atlas".


Imlil

Hoy es una gran fiesta en Marruecos, el día que como nos dijo Abdul el de Asni le dan matarile a una cabra. Es como nuestra matanza del cerdo, por cada casa por la que pasamos podemos ver gente despiezando la cabra y con la piel al sol. Con motivo de la fiesta, al estar todos de celebración matando la cabra, el desayuno en el albergue ha sido autoservicio, pero bien surtido.



Tras el abundante desayuno decidimos poner rumbo hacia Ljoujak (mucho tiempo nos llevó poder acordarnos de este nombre sin mirar la guía...), haciendo antes una pequeña escapada con las bicis (sin alforjas, salvo Paco que aunque vacías las tiene que llevar fijas por el apaño que hizo para arreglarla) hasta una pequeña aldea que se encuentra a la izquierda en el comienzo de la ruta desde Imlil hacia el Toubkal.

Primero tenemos una subida por pista para luego bajar hasta la aldea (de la que no recuerdo el nombre) que se encuentra ubicada en la falda de una montaña, con lo que abundan las empinadas cuestas entre pequeñas callejuelas que nos obligan a bajar de la bici para empujarlas a pie.

Aldea cercana a Imlil

Al ser un terreno tan pedregoso en los alrededores del pueblo hay buenas trialeras que a Oscar y a mi nos juegan una mala pasada, además prácticamente en el mismo sitio. Vamos que nos piñamos y con la goPro de Rober de testigo.... En el vídeo de esta etapa se puede ver... No fue esta aún la caída que me jodió la muñeca :-)

Ya de vuelta al albergue para poner las alforjas y comenzar realmente nuestra etapa de hoy Oscar sufre otro incidente que afortunadamente se queda en anécdota pero que podía haber sido bastante serio...
En un momento del recorrido, al intentar sacar el pie del pedal automático se le queda atascado, perdiendo el control de la bici y dando la rueda delantera contra un bordillo que le hace caer. Con la inercia cae por encima del bordillo y se pasa al otro lado, de donde queda colgado con la bici sujetándose con las manos.

Rober que está dos metros detrás de él tira la bici y sale corriendo a sujetarle y subirle para arriba. Paco y yo que vamos un poco detrás vemos toda la escena pero hasta que no llegamos donde está él no nos damos cuenta de que del otro lado hay una caída vertical de unos 4 ó 5 metros. Desde donde vimos la caída daba la sensación que del otro lado habría una pequeña pendiente y que Oscar estaría apoyado en el suelo, pero nada más lejos de la realidad.... En el vídeo también se puede ver el lugar del incidente.

Lugar de la caida de Oscar

A las 13:00, con todo listo y 10 kms acumulados de la visita a la aldea, salimos de Imlil en dirección a Asni, hasta donde todo es bajada. En las afueras de Imlil una parada rápida para dar carámelos a un grupo de niños que nos encontramos.




Pasado Asni, en una pequeña aldea de 4 casas localizamos una tienda abierta, cosa excepcional hoy ya que con la fiesta está todo cerrado.

Aunque no lo parezca, eso es una tienda

Unos metros más adelante, en una pequeña explanada al lado de la carretera extendemos las esterillas para comer lo que hemos comprado, unas latas de atún regadas con coca cola y agua  y de postre yogur:-) Como es poco tiramos del comodín del público, el rico embutido salmantino. Como es día de fiesta, hoy lo que no hemos conseguido es pan :-(



La idea de echarnos una pequeña siesta se nos trunca cuando empieza a llover. Recogemos todo, nos ponemos los chubasqueros y excepto para mis alforjas que son estancas, el resto les pone el protector de lluvia. Tiramos millas...



Descendemos durante varios kilómetros hasta llegar a la zona más baja de la etapa, en la que se encuentra un embalse que debe estar en su momento de menos capacidad. En los laterales, fuera del curso que sigue ahora el agua, se aprecia una buena capa de lo que parecen sedimentos con muy poca consistencia. De hecho vemos algún desprendimiento de esta especie de arenilla.

Continuamos nuestra ruta (hoy es todo carretera, en mal estado pero carretera) que desde aquí y ya hasta el final es rompepiernas, con un continuo sube y baja entre montañas.

En este viaje puede ocurrir de todo, y en este último trayecto Paco encuentra en medio de la carretera, a lo largo de varios metros, unas cuantas monedas de dirham, en total 31 (como unos 3 euros). Las guarda para comprar caramelos y para algo más que ocurre al día siguiente...

Aldea llegando a Ljoukak, ya anocheciendo

Recorremos los últimos kilómetros hasta Ljoukak de noche (algo ya habitual) sin saber si encontraremos algún sitio donde dormir.
En el pueblo nos indican un albergue que se encuentra a 1 km de distancia. Está repleto pero nos informan de otro lugar pasado el río donde tenemos más suerte y podemos hacer noche.

Este otro sitio es una mezcla de hogar familiar y albergue donde Paco consigue reducir los 140 dirhams que nos piden inicialmente a 120, por alojamiento, cena y desayuno.

En la planta baja hay dos habitaciones amplias, una donde dejamos las bicis y la otra donde dormimos.



En la primera planta están los baños y duchas y la zona particular de la familia, que parece extensa ya que durante el tiempo que pasamos allí vimos a un niño y varias niñas, alguna mujer, el dueño y cabeza de familia (apasionado también del mtb) y un par de chavales jovenes, por cierto con los ojos pintados, algo que debe ser común entre los bereberes.

Estancia en la primera planta
Antes de darnos tiempo a duchar ya nos han preparado un te que tomamos en la última planta, en la que hay una amplia sala típica de la zona, con una mesa rodeada por grandes almohadones donde sentarse. Esta sala da a una terraza con vistas al río y las montañas.


Después de la ducha y relajadamente nos metemos entre pecho y espalda un buen taiyin de cordero con un pan muy rico recién hecho.


Taiyin en su recipiente de barro

Video resumen del día (recomendado verlo en HD, en las opciones de calidad de youtube):



Track de la ruta (no incluye la visita a la aldea cercana a Imlil):



Próxima entrada.... Luchando contra el barro....